Oscar Castillo's

Administrador
26 jun 13

UN PEQUEÑO DETALLE
por Carlos Rey

(Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas)
Sucedió en una ciudad venezolana fronteriza con Colombia, donde se habían ocultado no menos de 1.940 kilos de cocaína, a la espera de su traslado a Estados Unidos. Así lo confirmaron los voceros de los cuerpos policíacos que tuvieron la suerte de descubrir aquella droga en manos de una poderosa red de narcotraficantes. La red, que tenía nexos con algunos de los carteles colombianos, logró falsificar la firma del canciller venezolano y crear documentos oficiales para «exportar» la cocaína oculta en 110 bultos de libros religiosos.
Los primeros 60 kilos de cocaína, de un total de dos toneladas, llegaron al aeropuerto internacional de Maiquetía procedentes de San Cristóbal. Como se presumía que se trataba de una valija diplomática, la droga escondida en los bultos de libros pasó todos los controles policiales y aduaneros de la terminal aérea. Todo estaba en orden, salvo un pequeño detalle. «¿Cómo era posible —se preguntaron los empleados del Ministerio de Economía— que personal tan calificado de la Cancillería no supiera cómo escribir la palabra “convenio”?» Efectivamente, aquellos traficantes de drogas, pero no de palabras, habían cometido la imperdonable falta ortográfica de escribir «conbenio» (con «b» larga) por «convenio» (con «v» corta) en el documento de exportación. Si no hubiera sido por eso, es probable que los agentes de la aduana no habrían vuelto a revisar los bultos, ni habrían encontrado entre los libros los 60 kilos de cocaína.1
Así como la policía procura «adivinarles la jugada» a los narcotraficantes, también nosotros los padres terrenales hacemos lo posible por anticiparnos a las malas acciones de nuestros hijos a fin de evitar que nos engañen, pero no podemos garantizar que así sea. En cambio, es imposible engañar a nuestro Padre celestial. A las autoridades de esta tierra podemos ocultarles un sinnúmero de transgresiones de la ley humana, pero a nuestra autoridad celestial no podemos ocultarle ni una sola transgresión de su ley divina.
En el Salmo 32 David afirma: «Dichoso aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño.» Al igual que el salmista, en vez de procurar ocultarle a Dios nuestras faltas, busquemos arrepentidos el perdón de nuestros pecados. Así podremos testificar como David: «Te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: “Voy a confesar mis transgresiones al Señor”, y tú perdonaste mi maldad y mi pecado.»2

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EL EXTRAÑO

Unos cuantos años después que yo naciera, mi padre conoció a un extraño, recién llegado a nuestra pequeña población.
Desde el principio, mi padre quedó fascinado con este encantador personaje, y enseguida lo invitó a que viviera con nuestra familia.
El extraño aceptó y desde entonces ha estado con nosotros.
Mientras yo crecía, nunca pregunté su lugar en mi familia; en mi mente joven ya tenía un lugar muy especial.
Mis padres eran instructores complementarios:
Mi mamá me enseñó lo que era bueno y lo que era malo y mi papá me enseñó a obedecer.
Pero el extraño era nuestro narrador.
Nos mantenía hechizados por horas con aventuras, misterios y comedias.
Él siempre tenía respuestas para cualquier cosa que quisiéramos saber de política, historia o ciencia.
¡Conocía todo lo del pasado, del presente y hasta podía predecir el futuro!
Llevó a mi familia al primer partido de fútbol.
Me hacía reír, y me hacía llorar.
El extraño nunca paraba de hablar, pero a mi padre no le importaba.
A veces, mi mamá se levantaba temprano y callada, mientras que el resto de nosotros estábamos pendientes para escuchar lo que tenía que decir, pero ella se iba a la cocina para tener paz y tranquilidad.
(Ahora me pregunto si ella habrá rogado alguna vez, para que el extraño se fuera.)
Mi padre dirigió nuestro hogar con ciertas convicciones morales, pero el extraño nunca se sentía obligado para honrarlas.
Las blasfemias, las malas palabras, por ejemplo, no se permitían en nuestra  casa Ni por parte de nosotros, ni de nuestros amigos o de cualquiera que nos visitase.
Sin embargo, nuestro visitante de largo plazo, lograba sin problemas usar su lenguaje inapropiado que a veces quemaba mis oídos y que hacía que papá se retorciera y mi madre se ruborizara.
Mi papá nunca nos dio permiso para tomar alcohol.
Pero el extraño nos animó a intentarlo y a hacerlo regularmente.
Hizo que los cigarrillos parecieran frescos e inofensivos, y que los cigarros y las pipas se vieran distinguidas.
Hablaba libremente (quizás demasiado) sobre sexo.
Sus comentarios eran a veces evidentes, otras sugestivos, y generalmente vergonzosos.
Ahora sé que mis conceptos sobre relaciones fueron influenciados fuertemente durante mi adolescencia por el extraño.
Repetidas veces lo criticaron, mas nunca hizo caso a los valores de mis padres, aun así, permaneció en nuestro hogar.
Han pasado más de cincuenta años desde que el extraño se mudó con nuestra familia.
Desde entonces ha cambiado mucho; ya no es tan fascinante como era al principio.
No obstante, si hoy usted pudiera entrar en la guarida de mis padres,
Todavía lo encontraría sentado en su esquina, esperando por si alguien quiere escuchar sus charlas o dedicar su tiempo libre a hacerle compañía...
¿Su nombre?  

Nosotros lo llamamos....... Televisor!!

Nota:
Se requiere que este artículo sea leído en cada hogar.
¡Ahora tiene una esposa que se llama Computadora!!

...y un hijo que se llama Celular!


con el agravante que el nieto pinta ser el peor de todos, el SMART PHONE



Las 6 Marcas de un buen Papá





El Mejor Regalo Del Día Del Padre



Boswell, el famoso escritor de biografías, habla de un día en que su padre le llevó a pescar. Más tarde, cuando leyó lo que su padre había escrito en su diario, encontró sólo una frase: “Hoy fui a pescar con mi hijo; ¡fue un día perdido!” El hijo se sintió hundido. Salomón dice: “…la gloria de los hijos(,) [son] sus padres” (Proverbios 17:6b). Aquí encontramos cuatro distintivos de un buen padre:








(1) Protege: Vela por la integridad física de sus hijos cuando son jóvenes y por la salud emocional de ellos a medida que se hacen mayores. Enseña a los hijos varones a respetar a las chicas y tiene una entrevista con los chicos que quieren salir con sus hijas;

(2) Escucha: No como el niño que dijo a su mamá: “Cuando crezca voy a ser igualito a papá. Mis cejas ya están creciendo juntas y cuando la gente me habla, no escucho.” El escuchar construye un puente de por vida al corazón de tu hijo;

(3) Es cariñoso: Nada les infunde más confianza y estima a tus hijos como un abrazo. Si a ti te educaron sin eso, asegúrate que tú no haces lo mismo;

(4) Disciplina: No solamente disciplina a sus hijos, sino que sirve de modelo en la autodisciplina;

(5) Es divertido: No está siempre tan preocupado que es un aburrimiento tenerlo al lado. Recuerda: “El corazón alegre hermosea el rostro” (Proverbios 15:13), ¡así que muestra a tus hijos tu lado divertido!

(6) “Abre el camino”: Lee Strobel, quien anteriormente fue ateo, dijo: “Cuando me hice cristiano, mi hijita de cinco años dijo: ‘Mamá, quiero que Dios haga conmigo lo que ha hecho con papá’ y entregó su vida a Jesús.” Cuando abres el camino a tus hijos, todo cambia.